Los homicidios no ceden, las masacres se han generalizado y regresa el fenómeno de las extorsiones sobre todo en la región Laja Bajío.
Guanajuato, 2 de agosto (Pop Lab).- El dos de agosto de 2020 autoridades locales y federales informaban sobre la captura de José Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, durante un operativo en Celaya y Villagrán. El fin de la hegemonía del líder del Cártel de Santa Rosa de Lima parecía ser la culminación de un largo período de violencia para Guanajuato, según las autoridades, pero no fue así.
El mismo día que anunció la captura de «El Marro», el Gobernador Diego Sinhue Rodríguez aseguró que era un “gran paso para recuperar la paz en Guanajuato” y unas semanas después puso final al operativo “Golpe de Timón” e informó del arranque de la estrategia Guanajuato Seguro.
Mientras “El Marro” permanece recluido en el penal del Altiplano en el Estado de México y sólo considerado la fecha en que fue detenido hasta junio de este año, Guanajuato acumuló dos mil 848 homicidios dolosos, indican datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La misma fuente permite contabilizar tres mil 359 homicidios dolosos en 2020 y mil 896 hasta junio de este año, manteniendo el primer lugar nacional en este delito. Este registro no es el único que confirma la violencia que se registra en la entidad.
El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en el conteo de homicidios que realiza a nivel nacional colocó a Guanajuato, por tercer año consecutivo, con el primer lugar con cinco mil 373 homicidios en 2020.
En el año que ha trascurrido desde la captura de José Antonio Yépez, el Estado permaneció en el número uno en asesinatos de policías y escaló al primer puesto primer lugar en varios delitos atroces: fosas clandestinas, descuartizamientos, masacres, calcinamientos, asesinatos de actores políticos, mutilación y asesinato de miembros de la comunidad LGBTIQ+.
Además, de enero a junio de este año, acumuló 22 asesinatos de niños y niñas, lo que hizo que se convirtiera en la entidad más violenta para las personas menores de edad, de acuerdo con reportes de la organización Causa en Común.
En Guanajuato, la gente percibe que nada ha cambiado, la violencia no ha disminuido y fenómenos que se ocurrían en los momentos más encumbrados del Marro, vuelven para aterrorizarlos. En Celaya por ejemplo, las extorsiones están de nuevo a la orden del día después de que en 2019 hicieron crisis con el asesinato de varios empresarios y en León todos los días hay más muertos.
PRESUMEN LA MÁS IMPORTANTE CAPTURA
El 2 de agosto los guanajuatenses despertaron con la noticia de que el líder criminal, uno de los más buscados en México, había sido detenido en un operativo en Celaya y Villagrán. A través de redes sociales, el Gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y el entonces Secretario de Seguridad Pública federal, Alfonso Durazo, dieron a conocer la noticia.
En fotografías, la Fiscalía General del Estado también presumió la captura e informó que durante el mismo operativo, una empresaria originaria de Apaseo el Alto que se encontraba secuestrada, había sido liberada. En su más reciente informe, el Fiscal Carlos Zamarripa Aguirre sostuvo que la captura de “El Marro” fue la más importante lograda en Guanajuato en los últimos años.
La persecución del líder criminal duró 12 años, pues las autoridades nunca lo mencionaron hasta que los homicidios comenzaron a crecer. Se sabe que en 2008, José Antonio Yépez fue detenido por asaltar camiones de carga y por delincuencia organizada, pero fue liberado debido a fallas al debido proceso, gradualmente incursionó en el robo de hidrocarburos y en 2014 ya era parte del Cártel Santa Rosa de Lima, dirigido entonces por David «N», alias “El Güero”.
Para 2017, “El Marro” ya estaba al frente del cártel, le declaró la guerra al Cártel Jalisco Nueva Generación dirigido por el Nemesio Osegura, alias el “El Mencho” con el fin de controlar municipios del corredor industrial como: León, Irapuato, Salamanca y Celaya. Hoy el primero de estos, registra los peores niveles de violencia.
Antes de la captura, se registraron varios operativos fallidos, pero negados por autoridades locales. En marzo de 2020, la entonces comisionada de la Unidad de Análisis y Seguridad en el Estado, Sophia Huett, sostuvo que un operativo realizado en Juventino Rosas, había sido preparado para detener al Marro. “El operativo no era para detenerlo hay una detención y todos traen la inquietud que se va por una persona, los operativos son para detener de forma integral a todos los posibles delincuentes, no era el objetivo”, declaró a medios.
UN «PASO PARA LA PAZ»; CRECE VIOLENCIA
Un año después, la entidad sigue acumulando muertes: mujeres, niños y niñas, elementos de policía. Por ejemplo, de acuerdo con información del reporte de violencia contra las mujeres del SESNSP con corte al 30 de junio de este año, en Guanajuato se han registrado 153 homicidios dolosos contra mujeres, con lo que ocupa el segundo lugar nacional sólo después de Baja California.
En el caso de los registros de policías asesinados, la organización Causa en Común coloca a Guanajuato como la entidad con más muertes con 36 al corte del 30 de julio. Esto es un policía asesinado cada seis días. En 2020, también fue el primer lugar con más asesinatos de policías al acumular 82.
La violencia contra los niños y niñas también ha mostrado una escalada, pues de acuerdo con el reporte de Atrocidades de Causa en Común, de enero a junio de 2021 al menos 22 personas menores de edad fueron asesinadas en Guanajuato. En 2020, las víctimas menores de edad fueron 46.
Lo que padece Guanajuato pese a la detención del Marro no sólo son ciento de asesinatos, son episodios de violencia extrema que han sido documentados por medios de comunicación y reportados por en informes de la organización Causa en Común.
Un mes después de la aprehensión, el 17 de septiembre de 2020 en la colonia Ejidal en Celaya, hombres armados llegaron y abrieron fuego contra personas que se encontraban en un velorio. Los sicarios asesinaron a cinco mujeres y lesionaron a cuatro personas más. La matanza no paró ahí, policías y Ejército en operativo localizaron a los presuntos responsables horas después y se enfrentaron a balazos. Uno de los presuntos agresores fallecido y tres capturados.
Guanajuato lleva dos años consecutivos en los primeros lugares con más eventos de violencia extrema reportados en medios de comunicación. En 2020 registró 369 atrocidades con mil víctimas y en lo que va del 2021 acumula 217 con 422 víctimas.
El 11 de enero, en un supuesto intento de incursión de integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación a la comunidad de Santa Rosa de Lima, se desataron horas de enfrentamientos en distintos puntos dentro y en los alrededores de Villagrán, Celaya y Juventino Rosas.
Nueve personas fueron abatidas derivado de la violencia que mantuvo cercada por varias horas la región, además de los presuntos sicarios, un elemento de las Fuerzas de Seguridad Pública también murió y un agente de la Guardia Nacional resultó lesionado.
Este evento demostró la capacidad de despliegue vigente del cártel de Santa Rosa de Lima, aun con su principal cabecilla recluido en un penal de máxima seguridad. En 2020, ocupó el primer lugar con el mayor número de masacres con 176 casos y con el mayor número de descuartizamiento y destrucción de cadáveres con 116 víctimas, además del asesinato de niños con 46 víctimas.
Mientras en 2021 es el primero con más casos de tortura 47 víctimas, descuartizamiento y destrucción de cadáveres con al menos 64 casos, calcinamiento con 26 víctimas y masacres con 48 casos. Además, mantuvo el primer lugar con más asesinatos de niñas, niños y adolescentes con 22 víctimas. El Guanajuato sanguinario salió a relucir en enero de 2021 con la masacre de nueve personas en un velorio en Celaya. El ataque fue grabado, en los vídeos difundidos públicamente se pudo escuchar más de un minuto de balazos. Testigos hablaron de más de 200 detonaciones.
FOSAS CLANDESTINAS
Dos meses después de la captura de José Antonio Yépez, los cuerpos enterrados de forma clandestina por grupos criminales brotaron uno tras otro y la Fiscalía General del Estado tuvo que reconocer su existencia.
El Fiscal Carlos Zamarripa se aferró por mucho tiempo a argucias legales para negar la existencia de fosas clandestinas, pero también para hablar con claridad sobre el número de personas desaparecidas en Guanajuato. Hoy el registro de la Comisión Nacional de Búsqueda indica que son dos mil 573 personas.
Dos años después de la ratificación de Zamarripa, el Diputado perredista Isidoro Bazaldúa Lugo, se mostró arrepentido de apoyar aquella decisión y pidió perdón a los guanajuatenses por respaldar su permanencia.
“Estoy aquí de frente al pueblo de Guanajuato, desde la más alta tribuna, para pedirle perdón al pueblo de Guanajuato por haber votado por este Fiscal y estoy sumamente arrepentido, tengo vergüenza de haberlo hecho, soy un ser humano, cometo errores…este ha sido mi error más grande que he cometido como legislador”, señaló.
En octubre de 2020, Salvatierra acaparó los reflectores nacionales con un gran hallazgo de restos humanos que hoy suma 79 cuerpos, de acuerdo con el más reciente reporte de Búsqueda e Identificación de Personas de la Secretaría de Gobernación.
En el mismo informe se reportan 75 cuerpos localizados en fosas en Acámbaro, en la comunidad de La Ascensión, aunque la Fiscalía del Estado sólo reporta 48 cuerpos y más en estudio en su sitio web.
En este mismo portal, existe registro de hallazgos en fosas localizadas en Irapuato (La Cueva y Presa del Conejo); Celaya (Rincón de Tamayo y el Sauz de Villaseñor); Cortazar (Caracheo); Juventino Rosas (Ejido San Antonio de las Maravillas) y Moroleón (Cerro Prieto).
El registro de la FGE no permite conocer el número de fosas localizadas en cada municipio, pero revela el número de individuos localizados, los cuales entre todos los municipios suman 300 hallazgos.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha pronunciado por la salida del Fiscal, en muy recientes fecha, consideró que si Zamarripa fuera “gerente de una empresa, con esos resultados ya lo hubiesen corrido”. La afirmación la ha hecho con insistencia en varias ocasiones, pero a nivel local el Gobernador, legisladores panistas, jerarquía eclesiástica y empresarios afines al gobierno le han dado su respaldo.
Pero no es lo que piensa la gente en la calle. “Los primeros meses fue ya lo atraparon, ya se va acabar esto, que padre, que bueno y mucha gente decía así: ya agarraron a éste («El Marro»), ¡que bueno! Pero hoy la percepción es, lo atraparon y no pasó nada, se calmó un poco un tiempo, pero sigue la violencia y volvieron las extorsiones en los últimos meses”, dice un líder de opinión en Celaya que, como están las cosas, prefiere el anonimato.